jueves, 13 de noviembre de 2008






Pautas de acción para padres de niños con diagnóstico de dislexia.

1. Apoyos a la autoestima y el aprendizaje.

El papel más importante a cumplir desde casa es el apoyo emocional y social, haciéndole saber que sus padres comprenden lo que le pasa y sus dificultades específicas con el aprendizaje. A los padres les vendría bien saber que existen adultos que de niños fueron diagnosticados de dislexia y que actualmente llevan una vida totalmente normal en todos los aspectos, incluido el éxito laboral. Es importante que el niño no dramatice su realidad, que entienda que, por ejemplo, así como hay niños que para ver bien necesitan gafas, un niño disléxico necesita un mayor esfuerzo dirigido por un especialista, para avanzar en su nivel de lectura y escritura.

De este modo estaremos intentando que la autoestima del niño no se vea resentida. El mensaje que hay que proporcionarle es el de que los padres saben que no es que él no sea inteligente sino que sencillamente tiene que trabajar de forma distinta a la de sus compañeros para alcanzar los objetivos.

Se le debe decir de forma manifiesta que se le seguirá queriendo aunque sus resultados en el colegio no sean especialmente buenos y , claro está, siempre y cuando se constate que hay un esfuerzo hecho por su parte para conseguir los resultados que se le piden.

El mensaje anterior no quiere decir que el niño disléxico haya de resignarse a no tener éxito. De hecho, con la ayuda de especialistas, puede tenerlo, y así hay que hacérselo saber. No se trata pues de sobreprotegerle ni de que valga todo lo que haga “porque tiene dislexia”: es necesario que, como todos los niños, se esfuerce en los aprendizajes si bien en su caso requerirá de estrategias específicas y de ayuda profesional. Todos los esfuerzos para avanzar, independientemente de su resultado final, deberán ser reconocidos expresamente y valorados, así como todo avance, por pequeño que éste sea.

Los padres de un niño disléxico deben intentar no caer en el error de fijarse en sus resultados y compararlos con los de niños que no presentan este trastorno de aprendizaje, porque lo único que se consigue con ello es agobiarse innecesariamente y de algún modo, transmitir ese agobio al niño. El niño disléxico tiene sus propios tiempos de aprendizaje, que hay que respetar porque de lo contrario, crearíamos un estado de ansiedad y un sentimiento de frustración que en nada favorecen al proceso de adquisición de conocimientos.

La paciencia será otra de las habilidades que es aconsejable desarrollar ya que a menudo la dislexia presenta dificultades prácticas asociadas, como confusiones con las horas del día, equivocaciones sobre el lugar en donde se colocan las cosas, tendencia al desorden, distracción, torpeza en algunas tareas o dificultad en el cumplimiento de las instrucciones. Con relación a éstas últimas, será de utilidad darlas de una en una y expresadas de forma concisa y clara, asegurándonos siempre de que el niño ha entendido lo que se le pide.

Si alguno de los padres va a ayudar al niño en la realización de tareas escolares, debería ser el más paciente de los dos, para evitar perder la calma y hacer que las condiciones de aprendizaje con éxito, y de refuerzo sistemático sean la tónica de los tiempos dedicados al estudio.


2. Refuerzo de la atención y escucha

- Dificultades de atención: Existen en el mercado libros de ejercicios y actividades que entrenan y fomentan la capacidad de atención y concentración incluyendo los famosos de pasatiempos variados. Los ejercicios del tipo “juego de los errores” o encontrar determinadas figuras escondidas, entre otras, los favorecen claramente, así como las series lógicas.

Se pueden desarrollar las actitudes de “darse cuenta” con juegos como el de, mientras cubre algún trayecto en coche que se haga con él diariamente, tratar de encontrar qué cosas están diferentes con respecto a otros días, o “concursos” con alguno de vosotros para ver quién memoriza más palabras de una lista que hayáis leído, u objetos de un dibujo que hayáis observado.

- Dificultades de escucha: se pueden fomentar las habilidades de escucha con la lectura de relatos sobre los que a continuación se mantendrá una pequeña charla en la que el niño maneje los datos expuestos en la lectura.

Cuando los padres se comuniquen con el niño, deben pedirle que mantenga contacto visual con ellos y que no esté a la vez haciendo otras cosas.



Autora: Paloma López Cayhuela

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